lunes, 11 de agosto de 2008

JEFF BECK - Truth (1968)


Hoy toca hablar de uno de los discos más importantes e influyentes de la historia del rock. Y es que, aunque no sea tan conocido como los debuts de Led Zeppelin o Black Sabbath, “Truth” fue una de las obras más decisivas en la creación de lo que sería el germen del heavy metal. Antes que los dos grupos mencionados anteriormente, Jeff Beck ya había comenzado a endurecer su estilo de blues-rock acercándolo cada vez más a lo que se denominaría hard rock. Cabe decir que tanto Zeppelin como Sabbath llevarían eso al extremo, al hard-rock puramente dicho, mientras que Jeff Beck todavía no se atrevía a apartarse demasiado del blues-rock, pero el primer indicio se encuentra aquí.

La carrera de Jeff Beck en solitario comenzó cuando éste decidió abandonar a los Yardbirds. Tras un par de singles, decidió formar The Jeff Beck Group reclutando a unos cuantos músicos desconocidos de formación blues: Micky Waller a la batería, Rod Stewart como cantante y Ron Wood al bajo. No sé que fue de ellos después de romper con Beck. En todo caso la gran estrella del grupo junto a Beck es Rod Stewart, quien ejerce soberbiamente el papel de bluesman cantando con una fuerza e intensidad que pocas veces igualaría a lo largo de su carrera (tal es así que en el segundo disco con esta formación Beck le hace la pelota acreditándole como “Extraordinaire Rod Stewart”).

Sin embargo, el Jeff Beck Group tenían un talón de Aquiles que les repercutiría muy negativamente: una ausencia casi total de composiciones propias. Ello se debía en gran parte a la falta de tiempo para sentarse en un estudio a componer, ya que se pasaban la vida en la carretera dando conciertos y el disco que nos ocupa lo grabaron en tan sólo 2 días. Los únicos temas propios (compuestos por Rod Stewart y Jeff Beck) son la potentísima “Let Me Love You”, que muestra a la perfección ese estilo de blues-rock endurecido dominado por la bestial guitarra de Beck y que incluye un “diálogo” entre Rod y guitarra que luego sería tomado por otros coetáneos como Deep Purple o Led Zeppelin para sus directos; la bluesera “Rock My Plimsoul” y la extensa y atmosférica “Blues De Luxe”, donde el protagonismo recae en un pletórico Rod Stewart y en Nicky Hopkins al piano (que también aparece como invitado en bastantes temas del disco).

Pasando al resto, el disco se abre con un tema de los Yardbirds, “Shapes Of Things” que tocan con un sonido más duro y guitarrero y que a mí personalmente me gusta más que el original. Mi favorita del disco es la oscura “Morning Dew” que cuando llega a su apoteósico clímax me pone los pelos de punta con la guitarra de Beck luciéndose con el wah-wah y Stewart cantando con muchísima energía y entrega.
Pasamos al blues “You Shook Me” del cual su versión más famosa es la que harían Led Zeppelin en su debut unos meses más tarde. Aunque me quedo con la de los Zeppelin, esta versión no se queda corta y tiene el añadido del exquisito piano de Hopkins. Su interpretación del “Ol’ Man River” también es muy remarcable, basándose sobre todo en la atmósfera y cediendo el protagonismo a la voz de Stewart y a Keith Moon como invitado estrella a la percusión. Y es que aunque recurren a muchas versiones cabe reconocerles el mérito de no quedarse en opciones obvias o estancarse en estándares del blues, y como ejemplo de ello tenemos el breve paréntesis que supone el tradicional “Greensleves”, tocado a la guitarra acústica de forma preciosa.

Y para acabar, dos de los momentos más grandes y míticos del disco. El primero es la soberbia “Beck’s Bolero”, inspirada en el Bolero de Ravel y compuesta por Jimmy Page. El tema se grabó en una sesión que tuvo lugar poco después de que Beck dejara los Yardbirds en la que participaron Jimmy Page, John Paul Jones, Nicky Hopkins y Keith Moon. Se basa en un ritmo marcado llevado por las guitarras acompañadas del piano y la batería que repentinamente acaba desembocando en un alarido de Keith Moon tras el cual se convierte en un intenso tema de heavy metal con la batería desbocada (ya conocen al bueno de Keith) y las guitarras de Page y Beck batiéndose en duelo. Descomunal.
El segundo es “I Ain’t Superstitious”, un blues de Howlin Wolf con un riff de guitarra inolvidable y una interpretación de Beck que le permite lucirse por completo. Quizás es el tema del disco con más madera de single.

Y éste es “Truth”, uno de los mejores discos de blues-rock de finales de los 60. Es cierto que la mayoría de temas son versiones pero hay que decir en su favor que las llevan todas a su terreno y las adaptan con mucha libertad, con lo cual no es un simple corta-y-pega sino que es un disco con mucha personalidad donde los cuatro músicos tienen el protagonismo absoluto.
Tras este disco, esta formación del Jeff Beck Group grabarían otro discazo llamado “Beck-Ola” que sigue más o menos las misma directrices que éste. Después del “Beck-Ola” la banda se disolvió (no se llevaban demasiado bien entre ellos), Rod y Ron formaron The Faces y Beck tuvo un accidente automovilístico que le tuvo fuera de escena un buen tiempo. Cuando volvió al mundo del rock fue siguiendo otro camino. Esta obra maestra y “Beck-Ola” son lo único que tenemos de lo que podía haber sido una superbanda potentísima que podía haber dado aún más de sí. Una lástima.

2 comentarios:

Corvan dijo...

Excelentes reseñas. Me agrada cuando un buen oído hace conjunción con una buena letra. Particularmente esta reseña de Jeff Beck me agradó bastante y coincido contigo en muchas cuestiones en opinión de lá época dorada del rock.
También tengo un blog al que le estoy dando un enfoque más musical. Cuando gustes eres bienvenido.
http://www.lacavernadecorvan.blogspot.com/

Corvan dijo...

Excelentes reseñas. Me agrada cuando un buen oído hace conjunción con una buena letra. Particularmente esta reseña de me agradó bastante y coincido contigo en muchas cuestiones sobre el blues.
También tengo un blog al que le estoy dando un enfoque más musical. Cuando gustes eres bienvenido.
http://www.lacavernadecorvan.blogspot.com/