sábado, 21 de junio de 2008

FLEETWOOD MAC - Rumours (1977)


Por si alguien no lo sabe, “Rumours” es uno de los mayores gigantes de la historia del rock, uno de esos discos que salieron a mediados de los 70 que tuvieron un éxito tan astronómico que hizo que muchos se dieran cuenta a esas alturas de que el negocio del rock realmente podía mover muchísimo más dinero del que habían imaginado. Uno de esos colosos como “Hotel California”, “Peter Frampton Comes Alive” o el debut de Boston que llevaron el rock de masas al límite. No sólo eso, sino que “Rumours” es uno de los casos más inauditos y extremos de segundo renacimiento de una banda que se suponía que ya había pasado su momento de gloria.

Repasemos brevemente lo que sucedió antes de este disco. Fleetwood Mac nacen como una banda de blues-rock liderada por el guitarrista Peter Green y que tuvo bastante éxito en Reino Unido a mediados-finales de los 60. Con el cambio de década, Peter Green pierde la cabeza (demasiado LSD) y acaba dejando la banda aquejado de esquizofrenia. El otro guitarrista, Jeremy Spencer, acabaría desapareciendo también poco después sin dar explicaciones (luego se enteraron de que se había unido a una secta).
Fleetwood Mac se convirtió en un grupo en el que no paraban de entrar y salir músicos de un disco para otro y que sólo mantenía como miembros originales al batería Mick Fleetwood y al bajista John McVie, al que luego se les añadiría como miembro fijo la esposa de éste último, Christine, a los teclados. La banda por entonces ya se había alejado del blues-rock clásico de sus inicios y probaba suerte con diferentes estilos. El paso decisivo lo darían cuando decidieron incorporar a sus filas a un dúo de pop formado por el guitarrista Lindsey Buckingham y su novia, la cantante Stevie Nicks. Poco podrían imaginar que esta formación llegaría a triunfar de la forma que lo hicieron.

El problema que plantea para muchos este disco es que se supone que es una traición a los Fleetwood Mac tradicionales. Ya saben la historia: si una banda que en sus inicios hacían blues-rock auténtico de repente se pasan al pop y arrasan, se les ha de llamar vendidos y decir que sus mejores discos eran los primeros, antes de hacer famosos. Pues dejémonos de idioteces, "Rumours" es una auténtica joya, lo cual está por encima de si se vendieron o perdieron la autenticidad y demás chorradas. “Rumours” es uno de los discos de pop más inmaculados que he tenido el placer de escuchar, no me extraña que tuviera tanto éxito porque realmente es un disco que da gusto escuchar, no sólo por su producción y estilo sino por la calidad de sus composiciones.

Pero antes de pasar a las canciones cabe tener en cuenta otro elemento importante, y es que en el momento de su grabación las dos parejas que formaban el grupo estaban en proceso de ruptura y divorcio. Es decir, el disco se grabó en un clima de tensión asfixiante puesto que tenían que mantenirse unidos entre ellos aunque no se soportaran si querían sacar adelante la banda (“You would never break the chain”), y de hecho la mayoría de letras hablan sobre esa situación que estaban viviendo de forma velada... o no (“You Can Go Your Own Way”).

El disco abre de forma optimista con un tema de Buckingham de pop reluciente como es “Second Hand News” que ya nos demuestra su facilidad para crear estribillos pegadizos. El guitarrista y cantante aporta también el sencillo tema acústico “Never Going Back”, donde se defiende él solo con la guitarra, y el que es uno de mis temas de pop favoritos de todos los tiempos: “Go Your Own Way”. Cada uno de los tres compositores del disco tuvo su propio single de éxito, éste fue el de Buckingham, y debo decir que merecidamente. Es una canción de pop absolutamente perfecta, y lo es por algo tan simple como tener una de las mejores melodías que he escuchado. A los que la tengan muy quemada de oírla en la radio (por suerte no es mi caso) quizás no les entusiasme tanto por la sobreexposición pero para mí éste es uno de mis estribillos favoritos que (pese a lo que dice en realidad la letra) desprende buen rollo, felicidad y ganas de cantar. “Go Your Own Way” es pop comercial, pero es pop comercial de excelente calidad y hecho con muy buen gusto.

La cantante Stevie Nicks tuvo su momento de gloria con “Dreams”, el single más exitoso del disco. Esta tema más pausado se basa prácticamente sólo en la sugerente base rítmica (irresistible ese bajo) y en la voz de ella, que sin ser una cantante que me encante aquí tiene algo especial que me encandila. “I Don’t Want To Know” sigue más el estilo del resto del disco y recuerda a los temas de su marido (¿o exmarido?) al tener un ritmo más animado y directo. Pero para mí su gran joya es el tema que cierra el disco, “Gold Dust Woman”. Si en algo supone esta obra un avance a su anterior disco (el primero que grabaron con esta formación) es en que Fleetwood Mac consiguieron aquí crear temas más oscuros como los dos que cierran el disco. Éste tiene un aire tenebroso inquietante que rompe por completo con sus otras aportaciones y que acaba de redondearse con ese final tan extraño y casi apocalíptico. Maravillosa.

En cuanto a Christine McVie, ella es la autora del que quizás sea el tema más famoso del grupo: “Don’t Stop”, la clásica canción que casi todos conocemos de oídas aún sin saber de quien es. Aquí cede el micrófono a Buckingham en este tema de pop contagioso que se basa sobre todo en ese infalible estribillo que estaba destinado a triunfar. Además Christine aporta la intimista balada a piano “Songbird”, el pegadizo “You Make Lovin’ Fun” (con una base de teclados machacona que funciona perfectamente y en la que la participación del resto de la banda es fundamental con la base rítmica y el solo de guitarra) y el tema más oscuro “Oh Daddy”, que crea junto a “Gold Dust Woman” un final bastante tenebroso para lo que se supone un disco de pop de FM.

Por último me dejo el mejor tema del disco y el único en el que todos participaron en su composición: la maravillosísima “The Chain”. Un tema bastante extraño que tiene dos partes bien diferenciadas. En la primera, la inquietante melodía sigue un ritmo muy marcado por la batería y los coros de toda la banda, que cantan sobre la necesidad de mantenerse unidos para no romper la cadena. De ahí se pasa a otra parte compuesta por John McVie y Mick Fleetwood que comienza con una marcada línea de bajo a la que se le acaba sumando la batería y finalmente la guitarra y los coros que hacen desembocar el tema en un final frenético.

Un tema demasiado raro y complejo para lo que muchos califican como un simple disco de pop de radiofórmula. Pero el mérito de “Rumours” no está sólo en sus temas más oscuros e inusuales que rompen con el típico pop que se espera de ellos, la grandeza de “Rumours” es que es un disco que dignifica lo que se conoce como pop de radiofórmula. O en otras palabras, es una obra maestra que demuestra como la comunión entre calidad y público no es en absoluto imposible.

miércoles, 18 de junio de 2008

THE CLASH - London calling (1979)



Siendo sinceros soy un indocumentado. Ni estuve ahí cuando salió este disco, ni alcanzo a saber su verdadera repercusión. Vale que es un clásico, pero la gente gusta mucho de deformar la realidad. Que los hay que te pintan el lanzamiento de tal o cual disco como si hubiera sido la segunda venida de Jesús y luego no pasó de ser un acto marginal que se fue revalorizando con el tiempo. Por eso, sinceramente, no voy a
decir que "London calling" cambió el Mundo desde su concepción. Lo que no se puede negar es que el tercer disco de The Clash es, a día de hoy, imprescindible para entender la historia del rock.

La portada dice mucho por sí sola. El disco es clásico, pues esas letras son un claro homenaje a los antiguos discos de rock and roll (mirar mismamente el homónimo LP de Elvis Presley), y la foto que en ella se muestre incita a la revolución, a la rebeldía. Una portada que se ha convertido en todo un icono de la música punk.

La cuestión es que, uno se pone en la piel de los que escucharon este disco en su momento y, joder, cuesta imaginar lo que debió suponer encontrarse con el tema "London calling". ¿Exáctamente que es este tema?¿Punk?¿Pop?¿Ska? Un tema sencillo y al mismo tiempo muy rompedor, que se adivina clásico desde la mítica melodía de bajo que resalta por encima de las machaconas guitarras. Este himno del punk rock aborda el tema del no-futuro de una manera bastante más inteligente que los Sex Pistols, y en mi opinión, también más efectiva.

"The ice age is coming, the sun's zooming in
Meltdown expected, the wheat is growing thin
Engines stop running, but I have no fear
'Cause London is drowning, and I live by the river"


Aunque "London calling" no es simplemente un manifiesto pesimista sobre la decadencia del mundo, que va. "London calling" lo es todo. Es un disco agresivo, alegre, emotivo, frívolo, que ha hilando todo tipo de emociones a partir de distintos estilos, ya sea mediante un rock cincuentero, un ska o un power-pop. Una vez leí que "London calling" es el disco blanco de finales de los setenta, y pienso que hay mucho de cierto (y además fue igualmente doble, aunque en CD pasó a ser un solo disco de poco más de una hora).

Si bien no todas las canciones son igual de apoteósicas, el disco mantiene una increíble fluídez porque los temazos espectaculares abundan y están bien distribuídos. Poco después del comienzo ya encontramos con "Jimmy Jazz", un tema espectacular de raíces blues pero pasado por el toque de The Clash, con excelente aportación de los instrumentos de viento que aparecen en muchos momentos del disco. "Rudie can't fail" es un tema bailable de aires soul y reggae con un ritmo envidiable, que por si mismo valdría para destacar a The Clash sobre el resto de grupos punk jamás existidos. Y también encontramos en la primera mitad la mágica "Spanish bombs", un pop-rock acelerado con una melodía de cinco estrellas, mítico tema inspirado en la Guerra Civil Espñola donde se canta algún verso en español de manera bastante ridícula, que sin embargo no alcanza de ninguna manera para destrozar el tema, tal es su emotividad y grandiosidad.

Ya sobre la mitad del disco encontramos el reggae "Guns of Brixton", el tema más descaradamente jamaicano del disco. No he escuchado apenas reggae, pero ante un tema así, siento que no necesito escuchar más para decir que esta es la mejor canción del estilo. Buen, junto a "Concrete jungle" de Bob Marley. La estrella del tema es el bajo, porque aunque el juego de guitarras es buenísimo, la hipnotizante línea de cuatro cuerdas capta la atención del oyente durante todo el tema. "Death or glory" es uno de los temas más especiales de The Clash, un tema de puro rock clásico, con un riff potentísimo de la escuela de los Rolling Stones. Y ya más cerca del final encontramos "Revolution Rock", un ska clásico capaz de animar a cualquiera, y cierra el disco "Train in vain", un tema que mezcla un ritmo casi funk pero con una armónica bluesera que da distinción al tema.

Entrelazados con estos grandes temas, encontramos otros muchos, igualmente muy buenos y que aportan aún más variedad al disco. Yo he destacado estos. Otra persona destacaría otros seguramente, porque este es uno de esos discos en el que cada tema tiene su encanto especial y si le dijeras a dos personas que eligieran diez temas para hacer un álbum simple, más allá de dos o tres elecciones obvias, el resultado sería posiblemente muy distinto. "London calling" es un disco imprescindible. Escúchalo ya. Y si no te gusta, escúchalo otra vez. Y otra. Hasta que lo ames.





viernes, 6 de junio de 2008

ELLIOTT MURPHY - Night lights (1976)



Quizá Elliott Murphy sea un segundón. Su popularidad es relativamente poca, y pocas veces será mencionado en las listas de grandes compositores del siglo XX, junto a John Lennon o Lou Reed. Quizá su estilo sea poco personal, sea simplemente, un cantautor al uso. Sin embargo, hay algo. Este hombre tiene un magnetismo irresistible. Desde oír su cálida voz decir cualquier verso, hasta su resplandeciente presencia en el escenario, con su eterna sonrisa y su porte caballeresco.

Es por eso que su música genera una simpatía dificilmente igualable, una sensación que hace dificil admitir que una canción no te gusta aunque, efectivamente, no te guste. Pero Elliott Murphy no es sólo fachada. Además graba música, y ciertamente buena. Tiene muchos discos de los cuales no he escuchado todos, pero en los setenta este tipo estaba bastante inspirado (y aunque no sé como ha evolucionado su carrera, en estos últimos años está haciendo también cosas bastante buenas). "Night lights" es su tercer disco, y un perfeccionamiento de lo que venía haciendo con sus anteriores, "Aquashow" y "Lost generation". "Night lights" quiere decir cuarenta minutos de excelente canción de autor, con influencias de grandes como Bob Dylan o Lou Reed, así como maravillosos arreglos instrumentales y marcado sabor pop e incluso glam.

Es un disco hecho para gustar de primeras. Aunque este hombre tiene textos excelentes, no es necesario entender sus letras, pues su música se sustenta por si sola, el entendimiento de estos temas va por encima de lo que sus líricas pretendan decir. Basta enchufar cualquier tema y cerrar los ojos para imaginar exactamente lo que sugiere el título del disco: la gran ciudad, ambientes oscuros, marginales, pero no desde el punto de vista de la decadencia, la drogadicción y el puterío del que hablaría Lou Reed, sino desde el alegre vividor, aquel que sabe hacer suya la noche y luego narrarla para hacernos sentir parte de ella.

No hay nada como el IMPRESIONANTE himno "Diamonds by the yard" para comenzar el disco. Abrimos los ojos, despertamos en Nueva York al atardecer, y mientras el sol cae, las luces de la noche nacen. Y Elliott se presenta:

"As I lay down with my lady
The sounds of the night keep me warm
I'm living a city life - I'm living maybe
But tonight there's no reason to be strong"


El ritmo repetitivo sustenta un tema que crece en potencia continuamente, hasta llegar a la mágica estrofa que abre con uno de los más memorables versos que escribió Murphy:

"Somewhere in these night lights lies the answer
And you can get diamonds by the yard
A tiffany dream - A porcelain dancer
An old man playing blues guitar"


Este es el mundo que quiere mostrarnos. El mundo al que pertenece. El mundo que ama. Y es que "Diamonds by the yard" no es sino una canción de amor, amor a un estilo de vida, el estilo de vida de los despreocupados, de los que no piensan en el mañana, de los que saben apreciar los pequeños placeres de la vida: un vaso de whisky con una buena conversación, una actuación musical en un rincón oscuro de alguien por quien nadie más que tú daría dos duros, el permitirse fantasear durante dos minutos con la atractiva mujer virtualmente inaccesible que está apoyada en la barra.

"Midnight I surrender
I live beneath your ancient spell
You've been my lover since I can't remember
You save my life with the stories you tell"


Y Elliott nos toma de la mano y nos lleva a bailar. Estás en un lugar amplio, lleno de gentuza. Algunos son negros, otros son irlandeses. Otros no parecen de ningún lugar del que hayas oído hablar. Pero por gentuza que sea, estás seguro entre ellos. Estás ahí para hacer el "Decco dance". Y no importa quien seas, ni quien hayas sido. A nadie le importa que tu gloria haya terminado. Puedes unirte a la danza y ser uno más. Simplemente, dejarse llevar. Sentir el ritmo y ser feliz. Dejarte hechizar por ese violín maldito y dejar que las luces de la noche entren en ti para no salir.

Sí, eso es "Night lights". Dejarse llevar por el vicio sin tener en cuenta que dentro de cuatro horas tienes que ser un señor respetable. Revelarse contra la madurez mal entendida. Los temas se suceden como los pliegues de un abanico que no es otro que las sensaciones que uno puede encontrar en los bajos fondos, si sabe buscar. Todo lleno de romanticismo y de aparentemente indiscutible sinceridad, como la de quien comparte un secreto contigo, considerando que eres alguien digno de conocer un delicioso gusto minoritario.

El momento cumbre llega con la susurrante balada "You'll never know what you're in for", una de las mejores canciones de Elliott Murphy. Por un momento se nos descubre el lado oscuro de todo, pero no condenándolo, sino con resignación. Sí, seremos basura. Esto es lo que hay. Nunca sabrás lo que te espera. El estribillo es hermoso, sutil, y mismamente crudo, y la lamentosa armónica pincela con sabiduría pero sin precisión la grotesca pero armoniosa escena.

"And we are all junkies, pushers, pimps and pushers
You never know what you're in for
And you can shake it, try to forsake it
But you know you’re gonna take it
You never know what you're in for"


Ahí está, con sus luces y sumbras. Quien quiera puede rehuírla. Pero ocasionalmente, siempre hay alguien que cae preso de ella. Y podrá conocer a la singular "Lady Stiletto" ("Her T-shirt's ripped with a passion, her mind's been raped by Rolling Stones"). O buscar un héroe cualquiera con el que huir de este mundo que se desmorona. Compadecerte de aquellas chicas a las que les sobra el dinero pero que ni saben bailar, ni son conscientes de su carencia. Descubrir que cualquier día es bueno para sentir que vuelven los buenos tiempos.

"Night lights" es un disco para soñar e idealizar. Saber que algunos tiempos y algunos lugares realmente no fueron tan buenos, y que ello no te impida imaginar por unos instantes la vida del más despreciable animal urbano y quererla como tuya.

lunes, 2 de junio de 2008

PREMIATA FORNERIA MARCONI - Per un amico (1972)



"Per un amico"
sea posiblemente mi disco de rock sinfónico italiano favorito, junto con el debut de Banco Del Mutuo Soccorso, y aunque el de Banco gane en espectaculares momentos puntuales, el disco que hoy nos ocupa gana en regularidad. Es un disco terriblemente consistente que se disfruta de principio a fin sin apenas momentos de decaída. Premiata Forneria Marconi representaron a la perfección lo que es el sinfonismo italiano. Ese lirismo, sus melodías apacibles, casi pastorales, su refinamiento, sus voces armoniosas... una vez se tiene cierto bagaje en el rock progresivo, esta debe ser la puerta de entrada al submundo italiano más adecuada.

Este disco viene precedido por un también fantástico debut titulado "Storia di un minuto", disco de cuyo estilo apenas se despegan, pero sobre cuya base desarrollan su música de manera más atrevida. A fin de cuentas, "Storia di un minuto" es un disco musicalmente bastante convencional, sin ninguno de esos elementos que pueden hacer que escuchar rock sinfónico delante de gente ajena al estilo pueda provocar algún reparo, mientras que en "Per un amico" ya se atreven a mostrar una faceta más deshinibida, a veces con mejor resultado a veces con peor, pero por suerte, nunca degenerando en lo absurdo o lo inescuchable.

"Per un amico" fue un disco ciertamente exitoso. Se debe a que consiguieron llamar la atención lo suficiente como para que se les ofreciera grabar una versión en inglés del mismo (titulada "Photos of ghosts"). Esta versión, en la que además se incluía una nueva versión en inglés del tema "È festa" de su debut, con el nombre de "Celebration", tuvo éxito internacional, y les convirtió en el grupo de rock sinfónico ítalo más exitoso de la historia, y quizá el único del que no sorprenda demasiado en exceso encontrar sus discos en la estantería de un oyente de rock clásico sin especial interés en el rock progresivo.

El inicio del disco con "Appena un po'" tendía a provocarme indiferencia en un principio, hasta que alguna escucha reveladora en un momento determinado me hizo cambiar de opinión. Se inicia apaciblemente, emulando la música ¿renacentista? con una melodía no demasiado original pero bien llevada, que va tomando cuerpo más rockero. Por la introducción ya podría ser un clásico por derecho propio del rock sinfónico, pero además no le falta una melodía vocal increíble, arropada por un juego de melotrón y flauta exquisito, ni un desarrollo instrumental sobresaliente que hace de sus siete minutos y cuarenta y cuatro segundos una experiencia que merece de sobras ese tiempo. Este tema es la perfecta representación del disco, y resulta dificil pensar en una opición sobre "Per un amico" en conjunto que difiera demasiado sobre lo que se opine de esta canción. Luego va la alocada instrumental "Generale", donde parece que los instrumentos se van alternando en momentos espectaculares de manera que sea imposible destacar quien aporta más y mejor al tema. Sublime.

También podemos encontrar la propia "Per un amico", que para mí es, de los cuatro primeros discos de PFM que he escuchado, la mejor canción del grupo. Es un tema que empieza preciosamente, como una balada de ensueño que remata en esos "...di piu...di piu...", un gancho vocal inverosimil. A partir de ahí comienza un desarrollo progresivo algo intrincado, que divaga hasta cerca de los tres minutos y medio, donde empieza uno de los momentos más sublimes del género: un riff de guitarra acústica empieza a repetirse mientras el resto de instrumentos provocan una crecida de intensidad que culmina con la BESTIAL entrada del teclado Moog. Es el momento que definitivamente me hizo darme cuenta de la valía de este grupo, un momento que siempre me hace dejar lo que estoy haciendo y prestar atención plena.

"Il banchetto" tiene unos segmentos de piano y teclados diría yo improvisados algo idos de cabeza que quitan mucha fluidez al tema, pero se compensan con que las partes más normales son simplemente excelente, especialmente la melodía vocal, que es la mejor del disco, además de ir acompañada por una letra satírica que queda muy bien. No es que me disgusten esos momentos, pero no creo que queden bien en mitad del tema. "Geranio" termina "Per un amico" magistralmente, con todos los ingredientes que han ido haciendo grande este disco, y terminándolo con un oscuro obstinato.

No es un disco para todos los públicos. A algunos les parece rayante, a otros meloso y carente de fuerza. Aún así yo creo que está claro que estos milaneses tenían una visión del rock bastante peculiar y que, para algunos al menos, podía tornarse muy placentera.